Mujeres y trilladoras de café en el municipio de Honda - Tolima

En el presente trabajo queremos dar a conocer como la mujer fue muy importante en el desarrollo de la industria del café, enfocado desde lo Nacional hasta lo local (Honda-Tolima) y así mismo rescatando la historia de las ex trabajadoras de la trilla de café.

El café en Colombia

Nos remontamos a las primeras décadas del siglo XX, en donde Colombia se empezó a especializar en la producción de café, llegando a producir 570.0000 sacos de café de 60 kilos en 1910 y después 3.118.000 sacos en 1930; esto significó un gran crecimiento para la industria agraria del país.  Toda esta producción venía de los departamentos de la Cordillera Central como Caldas, Antioquia, Risaralda, Tolima, Valle del Cauca y Quindío, como también de grandes plantaciones de Café en Cundinamarca. La crisis de producción en el oriente colombiano por la restricción del paso por la frontera venezolana a consecuencia de la Guerra de los Mil días, llevó a fortalecer la producción de café en el centro del país. Una quinta parte de esta población realmente logró su especialización gracias al café entre 1870 y 1930.

María Flor González en su labor como supervisora (revisadora) del personal en la Trilladora Los Andes
Foto compartida por el señor Mauricio Gómez

En 1932 existían alrededor 150.000 fincas cafeteras, cuyas propiedades eran menores de diez hectáreas. Fredonia y Líbano-Tolima fueron municipios de gran influencia antioqueña y donde se daba la armonización de la grande, mediana y pequeña propiedad. El minifundismo era evidente en el departamento de Caldas ya que producía el 35% del café en Colombia y en Antioquia el 85% con el mismo modelo de producción y esto dependía de las propiedades que tenía cerca de 5.000 árboles o menos.

La industria del café dinamizó las prácticas laborales, consolidando la agro- industria y también el desarrollo socio-cultural. Por lo anterior, ¿qué tan importante fue el papel de la mujer en este contexto y en especial Honda-Tolima?

1. La mujer en la industria de trilla de café a nivel nacional (Oficios)

La mujer se destacó en lo que fue la fase semiindustrial del café, en especial en las trilladoras como recogedoras de grano, representando un nuevo grupo socio-laboral en lo urbano en las primeras décadas del siglo XX, pero igual su labor como recolectoras también fue importante en las zonas rurales.

Indistintamente de los anteriores fenómenos o factores políticos, el papel de la mujer siempre fue decisivo para el mantenimiento de la mano de obra permanente familiar, con críos e infantes; pero también el temporal, en el caso de reclutarse trabajadores migrantes provenientes de otras regiones. (Ramírez, 2015).

 Labores del personal de escogedoras dentro de la Trilladora los Andes.
Fotos compartidas por el señor Mauricio Gómez

Lo que fue el trabajo doméstico, la recolección de café, la crianza de animales domésticos y también la reproducción biológica hicieron parte de una de las labores de las mujeres en la industria de la trilla de café, el de la tablonera. Esto la convirtió en el eje de fuerza de trabajo familiar, pero también convirtiéndola en víctima de la subordinación en la esfera privada del hogar a consecuencia de su cultura religiosa y analfabetismo. Toda esta cultura impuesta por manuales de comportamiento los cuales regían las labores de las mujeres, pasando así de generación en generación.

Esta cultura agrícola de autoconsumo donde la granja familiar parcelaria o minifundista determinaban la calidad de vida del núcleo familiar, se convirtieron en una gran responsabilidad para ellas, pero también el de participar en el trabajo como alimentadora, recolectora o escogedora. Las mujeres hacían parte del proceso de producción en diferentes estructuras especializadas en la caficultura, pero de una manera subordinada, llevándolas a que el hacendado dispusiera de manera ocasional de su trabajo y también de la alimentación del personal que era temporal.

Se debe tener en cuenta que la participación laboral de la mujer variaba según las haciendas y aquellas necesidades eventuales. Las mujeres eran las grandes protagonistas de la labor de recolección, estas también eran conocidas como “chapoleras” (recolectoras).  Hay que tener en cuenta que las recolectoras se encontraban ubicadas en las zonas rurales.

La hacienda podía disponer ocasionalmente de su trabajo en tareas específicas, pero también como escogedoras en la trilladora hacendal, urbana estatal o privada, y como “alimentadora” del personal temporal. En cambio, en el hogar campesino era el soporte del tablonero para el manejo del cafetal asignado. Era recolectora de café, alimentadora, ayudaba a la cría y alimentación de animales domésticos – cerdos, gallinas, pavos-; y trabajaba en los cultivos de pancoger y la huerta familiar (Ramírez, 2015).

La responsabilidad recaía en ellas, llevándolas a enfermar y sufrir también violencia intrafamiliar. Pero con el tiempo se empezó un proceso de mejoramiento de las condiciones sociales de la mujer rural por parte de los hacendados e instituciones rurales y las diferencias y responsabilidades sociales fueron cambiando al interior de estas o en los mismos territorios.

Trabajadoras fuera de la Trilladora Los Andes. Foto compartida por el señor Mauricio Gómez.

Las escogedoras se convirtieron en la nueva modalidad de trabajadoras en la zona urbana. Las mujeres eran y siguen siendo mayoría demográficamente, lo que las convirtió en ese momento como el mayor predominio de mujeres proletarias, constituyendo la gran mayoría de trabajadores con relación a otras industrias. En Medellín representaban el 34% de la población obrera del sector urbano en 1922. Las edades para entrar a trabajar estaban entre los 15-50 años y no estaba permitido el trabajo infantil, a diferencia del sector rural que sí era permitido, pero esto se estaba tratando de acabar.

La labor de escogedora consistía en la separación de granos de café más grandes y de mejor color (verde) para su exportación y el de menor calidad (pasilla) para consumo en el territorio colombiano, esto se empezó a ver más que todo en las regiones cafeteras de Antioquia y el antiguo Caldas. Esta actividad requería de grandes habilidades, como la rapidez para hacerlo, la cantidad que escogían por hora y también que el grano que hayan escogido sea de la calidad estipulada. Estaban ubicadas en mesas fijas o en bandas, esto iba de acuerdo al tipo de vinculación laboral (asalariadas o por jornada), su habilidad y productividad. Su jornada laboral variaba por trilladora, pero de por sí era entre 7 a.m. a 11 a.m. -1 p.m. a 5 p.m., a veces algunas trabajan en horario nocturno.

El pago de esta labor variaba: por las ocho horas del día, por bulto de 70 kilos o de acuerdo a la hora. Además, el número de escogedoras iban de acuerdo a la época de cosechas, se decía que por lo menos había 2.412 escogedoras en 1935 en el departamento de Caldas.

Las escogedoras eran mujeres que migraban del campo a la ciudad, un grupo que estaba conformado por jóvenes, madres, madres solteras, viudas, ancianas, huérfanas, prostitutas, ex prostitutas y aquellas que ejercían la prostitución ocasionalmente, ya que esto no alcanzaba para satisfacer las necesidades básicas. Algunas vivieron en inquilinatos con sus familias o en zonas marginales y no se les garantizaban las garantías laborales, a veces sufriendo por el mal estado de sus sitios de trabajo que les provocaba enfermedades respiratorias. Su baja escolaridad y analfabetismo contribuyeron a la explotación laboral, además que las ideas religiosas impedían su realización personal.

Ercilia Castañeda trabajando junto a un compañero en el área administrativa y contable en la Trilladora La Reina.
Foto compartida por Ercilia Castañeda

Muchas de ellas no tuvieron una vinculación laboral y desempeño productivo positivo, lo que llevó a que la Federación Nacional de Cafeteros se pronunciara e interviniera en el mejoramiento de las condiciones y promovió que fueran remuneradas sus laborales, en especial en las zonas rurales.

Ercilia Castañeda en celebración junto a sus compañeros y compañeras en el área administrativa y contable de la Trilladora La Reina.
Foto compartida por Ercilia Castañeda

Entre otras labores encontramos la de directora del personal femenino que tenía algunas funciones. Ellas eran las encargadas de informar detalladamente de manera obligatoria sobre las actividades desarrolladas por sus supervisadas, inspeccionar que cumplieran y que asistieran de manera puntual a sus sitios de trabajo, utilizando una lista o un medio de control que fuera implementado y dar cuenta de cualquier eventualidad que se presentara con este personal. También se les exigía privacidad y discreción en el momento de corregir a alguna trabajadora, evitando así la humillación de esta obrera.

Fueron ellas las protagonistas del desarrollo de la industria cafetera, de las huelgas y movilizaciones dentro de la ciudad, gestoras del mejoramiento de la calidad de trabajo, lideresas comunitarias en el campo y mucho tiempo después hasta propietarias de fincas cafeteras. Hay que tener en cuenta un hecho en la historia que marcó la situación de las trabajadoras de café:

Se registra en nuestra historia la movilización de 1935 del gremio de las escogedoras de café denunciando a la empresa exportadora Hari Land, acusándola como responsable de continuos abortos, al obligar a mujeres embarazadas a cargar bultos hasta de 77 kilos (Galindo, 2009, pág. 27).

Estas mujeres se aventuraron a romper los cánones de comportamiento impuestos por la iglesia, saliendo a trabajar, ya que la mujer sólo debía obedecer a los oficios del hogar.

2. La mujer en la industria de trilla de café en Honda - Tolima

En el municipio se sabe que existieron trilladoras como: La trilladora Gualí, La trilladora los Andes, La trilladora Bogotá, La trilladora Santa Helena, La trilladora La Reina, entre otros que cumplieron un papel importante en el desarrollo del municipio en cuanto a cientos de empleos que ofrecieron a sus habitantes y además de su poblamiento.

Además, como hemos venido hablando, la mujer fue un eje importante en los procesos industriales de trilla de café en el país, y en Honda pudimos comprobar esto por medio de la herramienta de entrevista en el que pudimos conocer las labores de algunas mujeres hondanas que trabajaron en estas trilladoras y las diferentes actividades que se desarrollaban allí

Foto por Cindy Camacho Colecciones Casa Museo ALP

Entró a trabajar a la Trilladora la Reina en el año de 1987, empezó su labor como recepcionista, duró muy poco tiempo allí ya que tenía estudios contables y pasó a trabajar en el departamento de contabilidad con su compañero José Elías Berrio, donde estuvo desempeñándose como auxiliar contable reemplazando el puesto de él en los momentos en el que él estaba ausente. Su jefe en ese entonces era el señor Luís Enrique Carmona, el señor venía de Manizales, actualmente vive en Manizales, pero duró mucho tiempo como gerente allí.

Antes de entrar a trabajar en la trilladora, ella laboraba en Coreducación como secretaría de rectoría. Ella ya pensaba dejar su puesto y la llevó a contactarse con el señor Alberto Gómez, que era uno de los propietarios junto a su familia la Trilladora La Reina, le pasó su hoja de vida para entrar a trabajar en el Comité Ganadero, pero lamentablemente ya habían elegido a una persona para su cargo. Luego el señor Alberto se contactó con su hermana y le mandó a decir con ella que se contactara con él, que le tenía el trabajo; le pasó la hoja de vida al señor Luis Enrique Carmona y después de un mes y unos días entró a trabajar a la trilladora. Estuvo trabajando allí veinte años (1987 – 2007).

Según la señora Ercilia, La Reina hacía parte de una Compañía Cafetera de Manizales, esta le vendía a una empresa multinacional, que se dedicaba más que todo, a la parte comercializadora de semillas, como abonos y semillas, se llamaba Cargill Cafetera. Se crea la Multinacional Cargill Cafetera de Manizales, esta empresa duró como cuatro o cinco años. Hasta el año 2000 se llamó así. Esta le vende a otra multinacional llamada Conde Colombia donde pertenece La Compañía Cafetera de Manzanares hasta el año 2005 o 2006. Conde Colombia tenía dos empresas que eran: Compañía Cafetera de Manzanares la que le había adquirido a Cargill y la Compañía Cafetera Agrícola de Santander, hacia al año 2005 o 2006 se fusionan y queda una sola empresa, llamándose Compañía Cafetera Agrícola de Santander, hasta el momento tenía ese nombre cuando ella salió de trabajar de La Reina.

La mayoría de mujeres que trabajan allí estaban en la parte operativa, de selección del café, el excelso que era el producto de exportación, la pasilla y el ripio. El proceso de selección se hacía de manera manual que consistía en que a través de unas bandas pasaba el café y con las uñas iban sacando lo que era la pasilla y el ripio, que estaban separadas del excelso.

Ercilia pasó a trabajar en la parte contable, al principio como recepcionista y luego ya como auxiliar contable, llevando la nómina de las trabajadoras. En ese momento había dos turnos de señoras trabajando, cada una estaba conformada por 100 mujeres.

El salario de las trabajadoras era del mínimo de acuerdo a las horas trabajadas. A la supervisora de turno se le pasaba una planilla con los nombres de todas las señoras y anotaba el número de horas que trabajaban ellas (cuánto tiempo podía trabajar: horas extras, diurnas, nocturnas).

En la parte de maquinaria, producción, braceros estaban encargados los hombres. Los braceros eran los encargados de bajar los bultos de café de los camiones y los subían a las básculas para pesarlos. La administración y la gerencia, eran también por hombres y el auxiliar del administrador y el catador.

En el área administrativa trabajaban sólo tres mujeres: la secretaria Gloria Castañeda, la parte de aseo y atender el personal la señora Myriam Ríos, y Ercilia.

En su área laboral, la parte contable, dependía directamente de Bogotá, en la Reina se encargaban de la parte de registrar las facturas de compras de los artículos que se necesitaban para el funcionamiento de la oficina, papelería, el manejo de caja menor, el pago del café que se entregaba en la trilladora, esto se hacía por medio de unas cartas que se asignaban, el dinero lo enviaban a Bogotá a la cuenta de cada vendedor de café. Este era parte de su trabajo.

La situación laboral en cuanto a seguridad social y pensión de las mujeres en la trilladora, era buena ya que la empresa Cargill Cafetera era muy responsable con el personal que tenía a cargo, se pagaba los aportes para pensión, la salud, los riesgos laborales, capacitaba al personal para evitar los accidentes laborales. Ella también estaba encargada de reportar los accidentes y la misma empresa venía a inspeccionar el problema.

También es muy importante resaltar que el movimiento del café en el municipio, a pesar de que Honda no era municipio cafetero, pero su ubicación geográfica como punto importante comercialmente, fue privilegiada ya que las empresas la escogieron por ser muy clave y fácil de llegar desde los campos de café hasta allí, traían el café de Fresno, de Falan, de Manizales, de las fincas cercanas de Honda, dependiendo casi siempre del precio que tuviera el café. Para todo este proceso debían hacer un compromiso de venta a la trilladora era como un trato que se hacía entre aquel que iba a proveer el café y la trilladora, para sostener al precio que lo vendía, por más que bajara el precio en el mercado, ya había un compromiso y tenía que respetarlo cuando se lo entregara.

Cuando el cliente llevaba el café, lo mandaba en camiones pequeños. Cuando se despachaba era por vía tren que iba hasta Santa Marta. Pero después con el auge de las carreteras, se empezó a despachar a Buenaventura. La producción era suficiente para que se dieran unos buenos despachos, la oficina de Bogotá era la encargada de hacer estas negociaciones. El café se despachaba hacia Buenaventura y allí estaba la empresa que supervisaba que todo estuviera bien y así mismo se hacía en Santa Marta.

Por último, respondió a la pregunta de qué si ella consideraba que era importante que las trilladoras volvieran a funcionar, confirmó que en estos momentos Honda necesita muchas fuentes de empleo y que la industria de la trilla de café fue desapareciendo en Honda debido a que el café perdió valor. Los grandes caficultores de su época, tenían sus grandes cultivos de café, sin embargo, debido a las plagas que enfermaban a las plantas, sus negocios iban quebrando y ya no era rentable, al momento de venderlo no ganaba nada, salía muy costosa la producción; esas fueron una de las razones por las cuales considera ella que fueron desapareciendo.

Foto por Cindy Camacho Colecciones Casa Museo ALP

Trabajó en la trilladora Los Andes, pero primero entró a trabajar en la Trilladora La Reina en el año 1967-68 por 7 años y luego a los 26 entró a trabajar en los Andes. La señora Flor se desempeñó primero como obrera y luego al año la ubicaron en el puesto de supervisora o revisadora. La Trilladora La Reina se encuentra ubicada al frente de la Estación de Ferrocarril Alto San Juan de Dios y el jefe de ese entonces era el señor José y el de la Trilladora Los Andes el señor Hernán Gómez. Para entrar a trabajar allí en La Reina habló con el gerente de nombre Edisson y él la aprobó. Era un proceso sencillo, pero más que todo de aprendizaje.

En ese tiempo no ponían mucho problema en la cuestión de la edad, entraban a trabajar mujeres jóvenes (15 años) y sus madres las acompañaban hasta el trabajo, incluso mujeres de mucha edad que ya casi se iban a pensionar. En estos tiempos una mujer de 35-40 años era muy difícil que le dieran un trabajo. Su jornada laboral era de 7 a.m. a 12 m.y de 1:30 pm hasta las 6 p.m. o a veces entraban a trabajar a las 6 a.m. o salían a las 5:30 p.m., y en algunas ocasiones entraban a las 7 pm y salían a las 10 p.m. Les pagaban de acuerdo a la jornada laboral no interesaba que tanto seleccionaba, pero si usted partía el día le descontaban de su sueldo, aunque sí tenía incapacidad médica no le descontaban. Les pagaban semanalmente, todos los sábados sin falta y sus primas de junio y diciembre no faltaban para las que trabajaban a tiempo completo. En cuanto a la seguridad social decían que a unas le pagaban todo y otras no.

La señora Flor explicaba que cuando ella trabaja con la Compañía el Cóndor que fue arrendado después de que murió el señor Hernán Gómez, les daban todo, pero sólo duró un año y lo volvieron a tomar la familia Gómez y el gerente quedó el señor Alberto Gómez. Ella se jubiló de la trilladora Los Andes.

En la trilladora trabajaban una buena parte hombres como maquinistas, los que iban a llenar las mulas y en la parte administrativa el contador y secretario era Luis Arciniegas. Eran más o menos 80 mujeres que trabajaban en el área de producción como escogedoras en la planta alta y en la planta baja estaban los obreros donde se encontraban las máquinas.

El trabajo de la señora Flor no era sencillo pues había épocas en las que cuándo se acababa el trabajo en la Trilladora La Reina se iban a pedir trabajo a Don Hernán, y el trabajo como escogedora era con bandas y lo renovaron después de un tiempo y podían trabajar cómodamente de manera individual. Las bandas eran largas, se sentaban a trabajar duro, pero como tal lo que se mandó hacer fueron puestos.

Por último, ella nos confirmó que sería muy bueno que las trilladoras volverían a funcionar y que incluso habría mucho hondano(a) para trabajar allí.

Foto por Cindy Camacho Colecciones Casa Museo ALP

Actualmente trabaja en la Casa Museo Alfonso López Pumarejo, desempeñaba su labor como escogedora de café en la trilladora Santa Helena, ubicada en el barrio que lleva el mismo nombre. Ella nos contaba que laboraba más o menos 50 personas: entre escogedoras, secretarias, bulteros, maquinistas y revisadoras. Su jefe era el señor Rafael Espinoza.

Entró a trabajar a los 22 años, y su proceso para poder laborar allí fue por una amiga, del mismo barrio, quien cumplía la labor como revisadora, que le ofreció este puesto, que más que todo exigía agilidad y rapidez y ganas de aprender. Su jornada laboral era de 8 horas, de 7 de la mañana hasta las 12 del mediodía y de 2 de la tarde hasta las 5 de la tarde, sino se presentaba algún inconveniente que las hiciera trabajar horas extra.

Sus funciones como escogedora era escoger el café de menor calidad, el partido, el brocado para comercializarlo dentro del país. Esta labor la realizaban en un telar que era como una tabla y allí se ubicaba el café escogido. Su salario era pagado de acuerdo a la jornada laboral realizada y para ella era considerado justo, aunque no recuerda muy bien cuánto era. Pero pese que se les cumplía con el pago, descubrieron en el momento que las liquidaron a todas, ya que la trilladora cerró, que su seguridad social y pensión nunca fue pagada y algunas se quedaron sin pensión, pero por lo menos les pagaron liquidación. Miriam duró solamente un año trabajando allí, debido a este cierre.

Para sorpresa, quisimos preguntarle qué si sería bueno que las trilladoras volvieran a funcionar de nuevo a lo que ella nos respondió que claro que sí, ya que muchas personas dependían económicamente en Honda de ese trabajo anteriormente y ayudaría a la economía de Honda.

Fotografía Hilda Cortés

Foto del álbum de fotos de la señora Hilda Cortez compartida por su nieta

Una humilde mujer de honda quien después de que enviudó, tuvo que hacerse cargo de sus hijos y empezó a trabajar en una de las trilladoras de café en Honda, no recuerda mucho el nombre de esta, pero nos contaba que se encontraba ubicada en el Centro de Honda cerca al edificio nacional (parece ser la Trilladora Gualí) y luego esta se trasladó a la parte de arriba de Honda (parece ser la Trilladora Santa Helena), su jefe en ese entonces era el señor Carlos Vargas, esta trilladora cerró por problemas económicos.

El cargo que desempeñaba la señora Hilda en esta trilladora era el de escogedora de café. Ella entró a trabajar gracias a una amiga de ella que se desempeñaba como revisadora y le presentó al que iba a ser su jefe y le comentó su situación como madre cabeza de hogar. Su jornada laboral era de 8 horas a menos que se presentara algo que las hacía trabajar en la noche. Estas mujeres no utilizaban uniformes, llevaban su ropa común y corriente, mientras que el resto del personal si utilizaba, como también la revisadora.

Además, nos comentaba de qué era más el personal de mujeres que de hombres, ya que algunos ejercían labores como el de traer los sacos de café en mulas para que ellas las escogieran. El movimiento dentro de las trilladoras era constante. La señora Hilda también relataba que su madre tenía una tienda cerca a la trilladora y ella les vendía desayunos y comidas a las y los trabajadores(as).

Por último, nos contestó la pregunta de que sí las trilladoras debían volver, lo cual respondió que sí ya que le dio anteriormente oportunidades a la gente de trabajar y solventar sus necesidades, especialmente las de ella.

Roles de las mujeres en las trilladoras de café

CONCLUSIONES

De lo presentado anteriormente, se puede decir que la caficultura llevó a procesos de consolidación de fenómenos como el poblamiento ya que las empresas de comercialización del café llegaban a las poblaciones por ser lugares estratégicos.

La participación laboral de las mujeres se convirtió en el eje de la función socio-productiva, siendo lideresas en sus comunidades en pro del desarrollo agro-industrial y que, sin ellas, la trilla de café en el área rural con las recolectoras y en la urbana con las escogedoras, no hubiera podido ser posible lograr este auge. A partir de allí la mujer empezó a hacer parte de los procesos de emancipación, aunque todavía sigue siendo en la historia de la caficultura muy invisibilizada.

Ercilia Castañeda trabajando en el área administrativa y contable en la Trilladora La Reina.
Foto compartida por Ercilia Castañeda

También podemos concluir que la producción del grano que tiene todavía la mirada hacia el mercado internacional, viene siendo como la identidad de la economía nacional y de los productores, aunque haya perdido el valor que tenía anteriormente.

BIBLIOGRAFÍA

  • Galindo Palma, H. (2009). Mujeres protagonistas en la música del Tolima. Ibagué, Colombia, Fondo Editorial Conservatorio del Tolima.
  • Ramírez Bacca, R. (2015). Mujeres en la caficultura tradicional colombiana, 1910-1970, Revista Historia y Memoria, N°10 43-73. DOI: https://revistas.uptc.edu.co/index.php/historia_memoria/article/view/3200
  • Ramírez Bacca, R. (2010). Clase obrera urbana en la industria del café. Escogedoras, trilladoras y régimen laboral en Antioquia, 1910-1942. Revista Desarrollo y Sociedad, Segundo semestre de 2010 115 – 143. DOI: https://www.researchgate.net/publication/227385488_Clase_obrera_urbana_en_la_industria_del_cafe_Escogedoras_trilladoras_y_regimen_laboral_en_Antioquia_1910-194
  • Sandoval Guzmán, S. (2018). DE LA MANO DEL CAFÉ: La trilla y la industrialización de la producción del café en Pereira, 1900 – 1930. Tesis presentada para optar al título de magister en Historia. Pereira, Colombia Universidad Tecnológica de Pereira. (Texto sin publicar).