El café y su llegada al continente

¿Y qué es el café?

Transcribimos un artículo de la historia del café de la OIC “International Coffe  Organization”. “La historia de cómo se extendió por todo el mundo el cultivo y el consumo de café es una de las más atractivas y románticas que pueda haber.  Esa historia empieza en el Cuerno de África, en Etiopía, donde el cafeto tuvo su origen probablemente en la provincia de Kaffa.  Hay varios relatos, imaginativos, pero poco probables, acerca de cómo se descubrieron los atributos del grano tostado de café.  Cuenta uno de ellos que a un pastor de cabras etíope le asombró el animado comportamiento que tenían las cabras después de haber mascado cerezas rojas de café.  Lo que se sabe con más certeza es que los esclavos a los que se llevaba de lo que es hoy el Sudán a Yemen y Arabia a través del gran puerto de aquel entonces, Moca, sinónimo ahora con el café, comían la suculenta parte carnosa de la cereza del café.  De lo que no cabe duda es que el café se cultivaba en el Yemen ya en el siglo XV y es probable que mucho antes también.

Moca era también el puerto principal de la única ruta marítima a la Meca, el lugar más concurrido del mundo en aquella época.  Los árabes, sin embargo, tenían una rigurosa política de no exportar granos fértiles de café, para que no se pudiese cultivar en ningún otro lugar.  El grano de café es la semilla del cafeto, pero cuando se le quitan las capas exteriores se vuelve infértil.  Muchos fueron los intentos que se hicieron para lograr llevarse algunos cafetos o granos fértiles, pero esa carrera la ganaron por fin los holandeses en 1616, que consiguieron llevarse algunos a Holanda y allí los cultivaron en invernaderos.

Al principio, las autoridades del Yemen alentaron mucho el consumo de café, ya que sus efectos se consideraban preferibles a los más fuertes del “Kat”, un arbusto cuyas hojas y brotes se masticaban como estimulante.  Los primeros establecimientos de servir café se abrieron en la Meca y se llamaban “Kaveh Kanes”.  Ese tipo de establecimiento se extendió rápidamente por todo el mundo árabe y los cafés se convirtieron en lugares muy concurridos en los que se jugaba al ajedrez, se intercambiaban chismes y se disfrutaba del canto, el baile y la música.  Los establecimientos estaban decorados con lujo y cada uno de ellos tenía su propio carácter.  Nada había antes como un establecimiento de café: un lugar en el que se podía hacer vida de sociedad y tratar de negocios en un ambiente cómodo y al que todo el mundo podía ir por el precio de un café.

Los establecimientos de café árabes pronto se convirtieron en centros de actividad política y fueron suprimidos.  Después, en las siguientes décadas, el café y los establecimientos de café fueron prohibidos varias veces, pero siguieron reapareciendo.  Con el tiempo se encontró una solución: el café y los establecimientos de café tuvieron que pagar impuestos.”(1).

¿Cuándo llegó a nuestro continente?

“La primera referencia a que se tomaba café en Norteamérica data de 1668 y, pronto después de esa fecha, se abrieron establecimientos de café en

Según algunas investigaciones: “La primera referencia a que se tomaba café en Norteamérica data de 1668 y, pronto después de esa fecha, se abrieron establecimientos de café en Nueva York, Filadelfia, Boston y algunas otras ciudades.  El Boston Tea Party de 1773 se planeó en un establecimiento de café, el Green Dragon.  Tanto la Bolsa de Nueva York como el Banco de Nueva York empezaron en establecimientos de café, en lo que es hoy el distrito financiero de Wall Street.

Fue en el decenio de 1720 cuando el café se empezó a cultivar por primera vez en las Américas, gracias a lo que es quizá el relato más fascinante y romántico de la historia del café.  Gabriel Mathieu de Clieu era un oficial de la Marina francesa que estaba de servicio en la Martinica y que, en 1720, viajó a París con permiso.  Con alguna ayuda y no poco encanto personal, adquirió un cafeto que se llevó con él en el viaje por mar de vuelta.  El cafeto fue instalado en una caja de cristal y dejado en cubierta para mantenerlo caliente y que no lo dañase el agua salada.  El viaje estuvo lleno de incidentes, o al menos así fue como lo contó Mathieu de Clieu en su diario:   piratas tunecinos persiguieron el buque, hubo una fuerte tormenta y el cafeto tuvo que ser amarrado.  Nuestro héroe se vio obligado a enfrentarse con un enemigo a bordo que tenía envidia y trató de sabotear el arbusto, hubo una pelea violenta en la que una de sus ramas se quebró, pero el cafeto sobrevivió a todo ello.

Después de esos incidentes el buque quedó inmóvil por falta de viento y se racionó el agua potable.  Para De Clieu estaba claro qué era lo más importante de todo y cedió la mayor parte del agua que le correspondía al cafeto.  El cafeto sobrevivió y él también.

Por último, el buque llegó a la Martinica y el cafeto fue replantado en Preebear, donde lo cercaron con un seto de espinas y lo cuidaron esclavos.  El cafeto creció, se multiplicó, y en 1726 se hizo la primera cosecha.  Está registrado que en 1777 había entre 18 y 19 millones de cafetos en la Martinica.  Había quedado establecido el modelo para un nuevo cultivo comercial que podía darse en el Nuevo Mundo.

Fueron los holandeses, sin embargo, los que primero empezaron a propagar el cafeto en América Central y del Sur, donde hoy en día reina sin rival como el principal cultivo con fines comerciales del continente.  El café llegó primero a la colonia holandesa de Surinam en 1718, y después se plantaron cafetales en la Guyana francesa y el primero de muchos en Brasil, en Pará.  En 1730 los británicos llevaron el café a Jamaica, donde hoy en día se cultiva el café más famoso y caro del mundo, en las Blue Mountains.  Llegado 1825, América Central y del Sur estaban en ruta hacia su destino cafetero.  Esa fecha es también importante porque fue cuando se plantó café por primera vez en Hawai, que produce el único café estadounidense y uno de los mejores”. (2).

Esto muestra que el café llegó al actual subcontinente suramericano, por el nororiente.

¿Y a Colombia?

En la página web de Café de Colombia, encontramos: “El café en Colombia, tiene alrededor de 300 años de historia desde que los jesuitas lo trajeron en el siglo XVIII. En el año 1835 se exportaban los primeros sacos producidos en la zona oriental, desde la aduana de Cúcuta.

Cuenta una leyenda que el aumento de producción de café en Colombia fue gracias al sacerdote jesuita Francisco Romero en un pueblo de Norte de Santander llamado Salazar de las Palmas. Cuando sus fieles se confesaban, el sacerdote les imponía como penitencia para redimir sus culpas, sembrar café. Gracias a esto se dice que la producción de café empezó a expandirse a otros departamentos y para 1850 había llegado a Cundinamarca, Antioquia y Caldas.

Para finales del siglo XIX la producción había pasado de 60.000 sacos a más 600.000 -aclarando que la mayor parte de esta producción era de las fincas de grandes hacendados- y para finales del siglo XIX el café ya era el principal producto de exportación por el que Colombia recibía divisas”. (3).

Entonces al llegar por el nororiente del subcontinente suramericano, a Colombia llega por el nororiente, siguiendo el camino establecido por los cultivadores.

El café llegó al Tolima

Un interesante artículo publicado en el periódico El Nuevo Dia, reza

“Antes de llegar al Tolima, la producción cafetera se consolidó en Santander y Boyacá a finales del siglo XVIII, esta actividad agrícola se extendería a todo el país. Es así que en 1818 fue plantado un cafeto, de manera experimental y por orden del General Nariño, en la plaza principal de Ibagué, 50 años más tarde, el café ya se cultivaba de manera comercial”.

“A partir de 1885 empieza con fuerza la producción de café en Líbano, Rovira, Chaparral e Ibagué, convirtiéndose en un dinamizador de la economía. Las colectivas, el clima, los terrenos propicios y su proyección como producto de exportación incidieron en su adopción. Tras el rápido crecimiento de la caficultura a principios del siglo XX, y con motivo de regular el sector y proteger al productor de la inestabilidad de los mercados, se crea la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), el 27 de junio de 1927”. (4).

Carlos Flaminio Rivera escribe, “La historia del café colombiano contada desde el Tolima, tradición y familias cafeteras que hicieron de este producto el mejor del mundo. Una erupción de aromas blanquea el verde cultivo que la brisa venida de un profundo río mece a su antojo: florece el café en el faldón del río Lagunilla, ubicado en el municipio de El Líbano, al norte del Tolima, Colombia. Fincas como la Noria, la Cuna y la Gregorita cultivan una variedad de grano apreciada en el mundo desde 1900. Esta centenaria labor que se realiza en gran parte de la zona media de las cordilleras de este país andino, marcó una manera de ser que los colombianos hoy denominan cultura cafetera”

Tanta aceptación tuvo el grano de esta parte del mundo, que para 1927 grandes compañías internacionales de café ya lo comercializaban en la bolsa de Londres como Café Colombiano. Razón por la cual varias trilladoras fueron instaladas en el pequeño poblado. La Tropical Coffe Corporation de Nueva York, La Hard y Rand Inc. Las alemanas Steinwender Stoffregeb Corporation, Ultramar Corporation, la Hendel y la Compañía Cafetera Hanseática, fueron algunas de ellas…” (5).

Esta intensidad de siembra de café, y múltiples empresas extranjeras interesadas en adquirir un excelente café, excelso, de gran calidad, hizo que Honda se convirtiera en el principal puerto exportador en el centro del país a finales del siglo XIX e inicios del XX, lo que conllevo a que se construyeran trilladoras, y aquí se empacaban.  Primero se transportó en barco a vapor, y luego en vía férrea hacia Cartagena y/o Barranquilla de ahí a los principales mercados norteamericanos y europeos consumidores del mejor café del mundo.

Notas

(1). Historia del café ( )  International Coffee  Organization .Recuperado https://www.ico.org/ES/coffee_storyc.asp

(2) Ibid

(3) Historia del café en Colombia Recuperado https://www.cafedecolombia.com/particulares/historia-del-cafe-de-colombia/

(4) Arroz y café, historia y presente de la economía tolimense (2020) Periódico l Nevo Día. Ibagué Recuperado

https://www.elnuevodia.com.co/nuevodia/especiales/facetas/447488-arroz-y-cafe-historia-y-presente-de-la-economia-tolimense

(5) RIVERA Carlos Flaminio (2020) CAFÉ ORIGEN TOLIMA la historia del café colombiano

El Tolima contribuyó a construir la identidad colombiana del café, desde sus montañas salía el mejor café del mundo.

Recuperado https://www.pantagoramedia.com/la-historia-cafe-colombiano/

Bibliografía

Arroz y café, historia y presente de la economía tolimense. Periódico Nuevo Día. Ibagué, (12 de abril de 2020).

Recuperado de https://www.elnuevodia.com.co/nuevodia/especiales/facetas/447488-arroz-y-cafe-historia-y-presente-de-la-economia-tolimense

Historia del café en Colombia. Café de Colombia

Recuperado de https://www.cafedecolombia.com/particulares/historia-del-cafe-de-colombia/

Historia del café. International Coffe Organization

Recuperado de: https://www.ilo.org/ES/coffee_storyc.asp

Rivera, C. (2020). Café Origen Tolima, la historia del café colombiano, El Tolima contribuyó a construir la identidad colombiana del café, desde sus montañas salía el mejor café del mundo.

Recuperado de https://www.pantagoramedia.com/la-historia-cafe-colombiano/

Valleilla Gordillo, J. (2005). Cien años del café en Caldas. Revista Estudios Regionales, No 12, Manizales, diciembre. DOI: https://crece.org.co/wp-content/uploads/2016/11/Cien_anos_de_cafe_en_Caldas___Working_Paper_No_12.pdf